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En la última masterclass de la Comunidad Más Paz Mental,
una asistente compartió algo que nos dejó a todos con el corazón apretado.
Contó lo duro que ha sido para ella transitar el duelo del diagnóstico de su hijo con autismo…
y, sobre todo, hacer las paces con la posibilidad de que su hijo tal vez nunca hable.
Se quebró al decirlo.
Y con ella, muchos también.
Porque más allá del diagnóstico, todos entendimos que hablaba de algo que, en el fondo, todos hemos sentido alguna vez:
el duelo por la vida que imaginábamos tener.
Nos enseñaron que para ser felices, la vida tiene que verse de cierta manera:
una pareja perfecta, hijos sanos, salud constante, éxito, armonía…
como si solo en esa “vida ideal” pudiéramos ser felices.
Pero la vida real no es así.
La vida real es desordenada, a veces injusta, a veces dolorosa.
Y cuando algo se sale del guion —una pérdida, un diagnóstico, una ruptura, una decepción—
aparece el miedo de no poder ser felices nunca más.
Yo lo sentí también.
Cuando me diagnosticaron cáncer, mi vida se alejó completamente
de esa imagen que me vendieron como “la vida feliz”.
Y recuerdo haberme hecho una pregunta que cambió todo:
¿Cómo puedo hacer de esta nueva realidad —tan distinta a la que soñé— un lugar habitable para mi felicidad?
No tenía todas las respuestas, pero empecé con pequeños actos.
Cuando me corté el pelo, hice un ritual con mis amigas y familia: bailamos, lloramos,
me cortaron mechones mientras me decían palabras de fuerza.
Me metí en clases de arte, de yoga… y empecé a buscar
momentos que me hicieran sentir viva, presente, agradecida, esperanzada.
Reconecté con personas con las que no hablaba hace años.
Y poco a poco entendí algo que quiero dejarte hoy:
La felicidad no siempre se parece a lo que soñaste.
A veces llega vestida de aceptación, de rendición, de amor en medio del caos.
A veces se siente como un respiro entre lágrimas.
Como la paz de saber que, aunque nada salió como planeaste,
sigues aquí… con la capacidad de sentir y crear belleza.
Si estás pasando por un momento difícil, te invito a escuchar esta meditación: Transforma la adversidad,
que creé para acompañarte a encontrar calma y esperanza, incluso en medio del caos.
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¡Ahora te toca a ti!
Aprende herramientas prácticas para gestionar tus emociones, poner límites con claridad y crear proactivamente una vida con paz y plenitud.
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