Sanando

Lo que el miedo casi me roba

A veces, el miedo no grita, susurra: “mejor espera”. Este relato íntimo narra cómo enfrenté ese susurro para salvar mi vida, y cómo aprender a escuchar el cuerpo puede convertirse en un acto profundo de amor propio y valentía.
Escrito Por:
Stephanie Essenfeld

Era 4 de diciembre del 2024.

Estábamos en el último día de mi retiro de mujeres en Costa Rica, Elegirme.

Uno de mis espacios favoritos del año.

Un lugar donde acompaño a mujeres a reconectarse consigo mismas, a recordar su poder, a soñar en voz alta, a poner límites desde el amor…

Ese día hicimos una actividad de vision board.

Nos sentamos a visualizar el 2025.

¿Qué queremos manifestar?

¿Cómo queremos que se sienta nuestro año?

Yo también lo hice.

Pegué imágenes de salud, presencia, naturaleza, descanso, amistad, amor propio.

Todas esas cosas que sabía que mi alma necesitaba, pero que había dejado para después.

En medio de esa energía luminosa, una mujer levantó la mano.

Había perdido un bebé hacía poco.

Estaba en pleno duelo.

Su voz temblaba cuando preguntó:

“Steph… yo quiero poner un bebé en mi vision board, pero me da miedo ilusionarme otra vez.”

El silencio se hizo denso.

Todas la miraron.

Y luego me miraron a mí.

Respiré hondo.

Sentí su pregunta en el pecho, porque era la pregunta de muchas de nosotras en diferentes ámbitos de la vida.

La pregunta que atraviesa todos los procesos humanos:

¿Cómo volver a desear cuando ya sabemos lo que duele perder?

Cuando me hacen esas preguntas retadoras… siempre le pido a Dios que me ilumine…

La miré con empatía y me salió algo parecido a estas palabras:

“Ponlo igual.

Vivir con el corazón abierto es permitirte ilusionarte y desilusionarte.

Amar y perder eso que amas.

Esperar que algo se cumpla y frustrarte en el proceso.

Porque no se trata de controlar el resultado,

se trata de permitirte sentir en el proceso de vivir.

Ilusionarte es un acto de fe.

Desilusionarte es un acto de humanidad.

Y ambos merecen espacio en tu historia.”

Ella lloró.

Yo también.

Y sin saberlo, ese instante sembró algo en mí.

Porque un día después, esas palabras volverían a mí como un eco que dolía y sostenía al mismo tiempo.

Esa misma noche lo sentí.

Una bolita.

Pequeña.

Dura.

Ahí.

Justo ahí, en el seno derecho.

Y lo primero que pensé fue:

“No puede ser nada. Seguro es hormonal.”

Pasaron los días.

Luego las semanas.

Y seguía ahí. Pero un poco más grande.

Cada vez que me duchaba, la tocaba…

y luego la negaba.

Me decía:

“Debe ser el estrés.”

“No tengo tiempo de ir a verme.”

“Igual ya tuve mi chequeo en abril.”

“Ya se va a ir.”

Y ahí estaba…

esa voz interna que suena tan lógica, tan calmada, tan convincente.

Esa voz que parece racional, pero en realidad está hecha de miedo.

Miedo a confirmar lo que temes.

Miedo a que una palabra te cambie la vida.

Miedo a cruzar esa puerta del consultorio y no poder regresar al antes.

Por eso postergamos.

Por eso hacemos como si nada.

Porque el miedo no siempre grita…

a veces susurra: “mejor espera.”

Pero el cuerpo no miente.

El cuerpo siempre habla.

Y esa bolita seguía hablándome, seguía creciendo, pidiéndome atención, pidiéndome cuidado.

Hasta que un día, vi un post de una mujer que decía:

“No ignores lo que tu cuerpo intenta decirte.

No postergues tu salud por miedo.”

Y fue como si me lo hubiera dicho directo a mí.

Cerré el celular.

Respiré hondo.

Y marqué la cita.

Temblando, pero la marqué.

Y esa cita salvó mi vida.

Porque atajé el cáncer a tiempo.

Hoy sé que si detectas un cáncer de mama temprano, tienes un 99% de posibilidades de vivir.

Y ahora, siete meses después, mientras escribo esto, entiendo la ironía sagrada de aquel vision board.

Aquella mujer me habló del miedo a ilusionarse… y yo le respondí con fe.

Un día después, la vida me desafió a vivir mis propias palabras.

Y hoy puedo decirlo con lágrimas y gratitud:

estoy cumpliendo ese vision board.

No de la manera que imaginé, pero sí de la manera más profunda.

Tengo salud —con cicatrices que cuentan mi historia.

Tengo presencia —porque ahora sé que nada está garantizado y cada día cuenta.

Tengo descanso —porque ya no corro detrás de lo que no importa.

Tengo conexión —porque el miedo me quebró el orgullo y me abrió a recibir.

Y tengo amor propio —porque me elegí, incluso cuando temblaba.

El miedo casi me roba tiempo,

pero terminó regalándome vida.

Hoy ya no quiero eliminar el miedo.

Quiero escucharlo y caminar con él.

Porque entendí que el miedo no es un enemigo, es un maestro.

Y cuando te animas a enfrentarlo,

no solo sanas lo que te asusta y te paraliza,

también descubres la fuerza que no sabías que tenías dentro de ti.

Así que si estás leyendo esto y hay algo que temes mirar,

una cita que evitas,

una conversación que pospones,

un síntoma que justificas…

te lo digo con el alma:

no esperes a sentirte list@.

Hazlo con miedo.

Hazlo temblando.

Hazlo igual.

Porque a veces, justo detrás del miedo, está la vida que pediste en tu vision board.

Si este journal te resonó y quieres seguir explorando tu proceso interior, quiero invitarte a explorar estos recursos que he creado para ti:

Meditación “Futuro yo”

🎓 Masterclass “¿Cómo ajustar tu ritmo de vida y auto-expectativas para vivir con más paz?”

Te ayudarán a reconectar contigo, bajar el ritmo y recordar que siempre puedes elegirte,

incluso cuando el miedo aparece.

Mockup del producto digital "Más Paz Mental" que muestra la plataforma del curso en diferentes dispositivos: una laptop reproduciendo una lección en video, una tablet mostrando un manual de trabajo con ejercicios y un teléfono móvil con el menú del programa.

más paz mental ®
¡Ahora te toca a ti!

Aprende herramientas prácticas para gestionar tus emociones, poner límites con claridad y crear proactivamente una vida con paz y plenitud.

Oferta Limitada! Prueba 7 días GRATIS

Únete a la Membresía y empieza a transformar tus límites - Por tan solo $28 USD al mes!

Espero que te haya gustado! 

Si es así, comparte con tus seres queridos
Un canal para estar más cerquita

Aquí escucharás mi voz, te compartiré reflexiones, cosas personales de mi día a día y la información sobre eventos.

Únete al canal oficial de Más Paz Mental